Destinos para inspirarse: Seúl, Corea del Sur

Las redes que atraviesan y conectan la capital de Corea del Sur crean una atmosfera electrizante y no sólo porque sea la ciudad más conectada del mundo. Además de sus infinitas conexiones por cable y la cobertura del wifi público, esta metrópolis de color neón es famosa por su estilo de vida 24 horas, que atrae tanto a viajeros de día como nocturnos.

Seúl ofrece una de las mejores experiencias sensoriales: desde su deliciosa comida hasta su vida nocturna cargada de K-pop hasta el esplendor elegante de sus antiguos palacios y templos. Pocas ciudades pueden decir tener algo para todos, pero Seúl lo tiene, incluyendo una gran cantidad de lugares imprescindibles atracciones. Los compradores pueden entrar al paraíso del comercio minorista en los desbordantes mercados de Namdaemun y los amantes de las artesanías pueden conseguir artículos únicos en el artístico barrio de Insa-dong. Los amantes de los spa podrán relajarse durante todo el día gracias a la famosa cultura de spa de Corea del Sur. Con la gastronomía, la cultura y el encanto contemporáneo de la ciudad, es posible que nunca quieras irte.

Cada comida en Corea del Sur es una explosión de sabores... y no es solo por el kimchi. Desde la alta cocina hasta la cocina picante, todos los paladares están satisfechos y hay muchas excursiones culinarias disponibles por la ciudad. Para los más hambrientos, los vendedores de comida cubren las calles, vendiendo dulces panqués Hotteok y sabrosos bocadillos callejeros. En invierno, los vendedores siempre te ofrecerán una taza de sopa gratis para calentarte mientras exploras Seúl.

Itaewon es conocido como el distrito occidental y es famoso por tener todo tipo de restaurantes para abrir el apetito. Asegúrate de probar el bibimbap, el equivalente coreano de la comida soul, una gastronomía estadounidense. El auténtico bibimbap incluye arroz con varios banchan, o guarniciones. Por lo general son verduras salteadas conocidas como namul, carne marinada, gochujang pasta de chile y por supuesto kimchi, un tipo de col fermentada. Todo ello está coronado por un huevo estrellado que puedes romper con tus palillos antes de mezclar todo el contenido y devorarlo. El resultado es una explosión de sabores y texturas crujientes, suculentos, picantes y dulces todo a la vez.

Mientras paseas por las calles de Seúl, te sentirás atraído por la KBBQ (barbacoa coreana) más cercana. La KBBQ es una experiencia que se comparte mejor con los amigos, al igual que el chispeo del Dakgalbi. Muchos restaurantes se centran en el distrito de Myeong-dong, que también es popular para ir de compras y alojarse. Puedes quedarte en la boutique Hotel28 Myeongdong para disfrutar de una experiencia hotelera de lujo que no pase tu presupuesto.

En cuanto cae la noche, el ambiente fiestero de Itaewon, Hongdae y Gangnam son irresistibles. Los clubes nocturnos de Seúl permanecen abiertos hasta las 6:00 de la mañana, y los fines de semana, los "after clubs" llevan la fiesta hasta la hora feliz del almuerzo. En estos barrios, a veces se encuentran grandes grupos de turistas con resaca que se desploman sobre una bebida y una comida, con el aura nocturna de Seúl todavía presente en el aire de la mañana.

Si perdiste el último tren de vuelta a casa, visita uno de los muchos spas de 24 horas de Seúl y consiéntete hasta recuperar la salud. Conocido como jjimjilbangs, estos baños tradicionales a veces pueden incluir hoteles por la noche. El precio de la entrada individual incluye un cambio de ropa, y puedes relajarte en un piso con calefacción con una colchoneta y una almohada.

Si consigues llegar a tiempo cuando el sueño te llama, encuentra un poco de paz en un hanok tradicional para reposar un par de horas antes de que empiece de nuevo la diversión. El Bukchon Hanok Village es una aldea del siglo XIV situada a solo 30 minutos del centro de Seúl. Este museo viviente está lleno de encantadoras casas hanok en las que puedes ponerte cómodo: te recomendamos Gongsimga Hanok Guesthouse, que no es tan caro y ofrece desayuno incluido.

La primavera en Seúl es sinónimo de sol y de calles llenas de cerezos, mientras que el otoño trae consigo festivales y hojas de color ámbar. Las temperaturas se congelan entre diciembre y febrero, convirtiendo la ciudad en un paraíso invernal lleno de pistas de hielo y luces navideñas. El verano trae multitudes internacionales y nacionales a Seúl, que puede hacer que los paseos en metro estén un poco bochornosos, pero las condiciones son ideales para explorar los parques nacionales cercanos.

Las montañas del parque nacional de Bukhansan enmarcan la cuidad y son perfectas para realizar caminatas en el bosque, santuarios aislados y lugares para picnic tan bonitos que parecen postales. Se dice que las vistas son tan impresionantes que el espíritu de la montaña, Baekdu-San, regresa una y otra vez sólo para admirar el impresionante paisaje natural de la zona.

Si prefieres no aventurarte demasiado lejos, visita el monte Inwangsan, situado justo detrás del palacio Gyeongbokgung. Después de una caminata fácil hasta la cima, disfruta de vistas aéreas al palacio, a la torre de Seúl y ver como desemboca el rio Han en el mar. También podrás ver la Torre Lotte World, el edificio más alto de Corea del Sur.

El Pacific es un hotel atemporal revestido de mármol pulido y madera marrón obscura. Ideal para familias, el hotel está a sólo cinco minutos a pie del mercado de Dongdaemun y a menos de un kilómetro de la estación de metro de Myeong-dong, lo que pone la ciudad prácticamente a tus pies.

En el económico Han River Residence & Guesthouse, todas las habitaciones, estudios y habitaciones compartidas están decoradas en un tono diferente como de caja de crayolas, desde rosa chicle hasta amarillo sol. Y si eso no te hace empezar el día con el pie derecho, su famoso y delicioso desayuno lo hará. El personal te trasladará de gratis entre las estaciones de metro Gongdeok y Mapo.